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Ago
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¿Bajar los salarios para salir de la crisis?

Me hago eco del llamamiento del Profesor Vicenç Navarro en su artículo «¿Bajar los salarios para salir de la crisis?«, y lo copio íntegramente aquí para darle publicidad (los vínculos a los artículos citados son míos; por desgracia, uno de ellos no es accesible directamente).

 

Un dogma que se ha extendido en los establishments financieros, económicos, mediáticos, académicos y políticos de España es que para salir de la crisis hay que bajar los salarios. Tal creencia ha sido reforzada por el último informe sobre España del Banco Central Europeo dado a conocer el pasado jueves (09.08.12), el cual subraya la necesidad de que se bajen los salarios y el salario mínimo (así como otras medidas encaminadas a debilitar al mundo del trabajo, como la descentralización y debilitamiento del proceso de negociación colectiva) a fin de aumentar la competitividad de la economía española y con ello facilitar la recuperación económica de España. El argumento que se utiliza para justificar tales medidas es que, al no poder devaluar la moneda (posibilidad denegada a los países de la Eurozona al tener todos ellos la misma moneda) a fin de abaratar los productos y hacer al país más competitivo, la única solución que les queda a tales países que están en recesión es abaratar los productos a base de disminuir los salarios. De esta manera serán más y más competitivos y venderán más productos, exportando más y más, convirtiendo tales exportaciones en el motor de la economía, permitiendo así que salgan de la recesión. Este argumento ha pasado a ser parte de la teología de tales establishments y se reproduce no solo por los equipos económicos de los partidos gobernantes, la mayoría conservadores y liberales (en realidad neoliberales), sino también entre economistas que gozan de gran visibilidad mediática y que han tenido responsabilidad gubernamental tanto a nivel central como autonómico (gobierno Zapatero y tripartito), ahora en la oposición. Podría citar muchas declaraciones recientes de economistas próximos al PSOE y al PSC que, añadiendo un “tono de realismo” (que siempre se utiliza para defender tesis neoliberales), concluyen que sí, que hay que descender los salarios como parte de lo que Paul Krugman y muchos otros han llamado la “devaluación doméstica”. Por cierto, incluso la Monarquía está promoviendo esta creencia (que ha alcanzado niveles dogmáticos) en sus proclamas. Así, el heredero del trono de España, el Príncipe Felipe, en su inauguración de unos de los campus del centro de reflexión y promoción neoliberal, el IESE, hizo referencia a que “nuestros precios y salarios están marcando el ritmo del retorno al sendero de la competitividad”, lo cual, decodificada la narrativa diplomática, quiere decir que las bajadas de salarios están preparando la salida de la crisis, mediante el supuesto aumento de la competitividad (discurso probablemente preparado por Javier Ayuso, periodista económico de persuasión neoliberal, exdirector de comunicaciones del BBVA, que hoy trabaja en temas de comunicación en la Casa Real).

Los supuestos de tal dogma

Tal dogma, como todos los dogmas, se basa en fe en lugar de evidencia científica. En primer lugar, incluso si aceptáramos por un momento la necesidad de devaluación doméstica, tal bajada de los costes de producción puede hacerse a base de reducir los beneficios empresariales, en lugar de los salarios, posibilidad que casi nunca se menciona. Y cuando, raramente se hace, es para descartar tal posibilidad pues –según ellos- ello desincentivaría la inversión. Mírese como se mire, se propone cargar el peso de la recuperación económica en las espaldas de los trabajadores y no sobre las de los empresarios, a los cuales hay que darles todas las facilidades y estímulos para que exporten, pues ahí es donde radica toda nuestra salvación. Pero los datos muestran el error de los supuestos sobre los que se basa tal dogma. Veámoslos.

El error de los supuestos que sustentan el dogma

Uno de los centros de investigación económica próximo al mundo empresarial de las grandes corporaciones estadounidenses (The Conference Board) acaba de publicar un detallado estudio de la evolución de los salarios en la Eurozona que muestra que éstos han descendido de una manera muy marcada en España, Irlanda, Grecia y Portugal (los famosos países PIGS en la terminología anglosajona). Como promedio los costes laborales han descendido un 15% desde 2009. Pero como bien señala el economista belga Ronald Janssen, este descenso de los salarios y aumento de los beneficios no ha ido, por lo general, acompañado de un aumento ni de las inversiones ni de las exportaciones (“Falling Wage Costs: Europe’s Light at the end of the tunnel”). Janssen muestra gráfica y convincentemente en su artículo que en Grecia, por ejemplo, el muy marcado descenso de los salarios, incluidos en la manufactura, no ha ido acompañado de un aumento de las exportaciones. Antes al contrario, éstas han descendido también muy marcadamente. Grecia, por cierto, tenía un fuerte sector exportador antes de que se iniciara la crisis en el 2008. Los salarios pues han bajado (caído en picado) en Grecia pero ello no ha supuesto ni un crecimiento de las exportaciones ni de las inversiones. Lo único que ha subido han sido los beneficios empresariales que se han disparado alcanzando una cifra equivalente a un 12% del PIB griego. Mientras, la economía griega está yendo de mal a peor.

En España y en Portugal, sin embargo, las exportaciones sí que han crecido sobre todo a partir del 2009. Tal crecimiento sin embargo no ha sido suficiente para reavivar la economía de tales países. En ambos países, la gran destrucción de empleo (en parte responsable del aumento de la productividad), consecuencia de las políticas de austeridad y de la gran bajada de salarios, ha creado una recesión tal que el aumento de las exportaciones no ha sido suficiente para estimular de nuevo la economía. La bajada de salarios que en teoría está aumentando las exportaciones está a la vez deprimiendo la economía doméstica, venciendo esta última a la primera. Ello confirma lo que varios autores hemos estado señalando durante bastante tiempo: el gran error, mostrado muchas veces en Latinoamérica, de querer estimular la economía a base de colocar el sector exportador en el centro de la economía. No fue hasta que gobiernos de izquierdas y centroizquierdas potenciaron la demanda doméstica que aquellos países de América Latina salieron de su recesión.

En este aspecto, es interesante ver la similitud de los argumentos neoliberales (presentados como argumentos de sentido común en las “ciencias económicas”) utilizados en América Latina y ahora aquí en España. Tales argumentos están siendo utilizados hoy en España no solo por las derechas sino también por economistas de partidos exgobernantes de centroizquierda, como el PSOE y el PSC, hoy en la oposición (resultado, por cierto, de la aplicación de tales políticas). Otro argumento que utilizan tales economistas, que asumen que la recuperación económica procederá del sector exportador (para lo cual exigen un descenso salarial), es que este tipo de recuperación deberá ser, por necesidad, muy lenta. En América Latina se insistió en ello, año tras año, durante toda una década de dominio liberal en las esferas de poder. La famosa luz al final del túnel, sin embargo, nunca se agrandó. En realidad, la famosa luz aparecía cada vez más lejos y más pequeña. Y está ocurriendo lo mismo ahora en España.

A donde está llevando este dogma

Todo este proceso era predecible. Es fácil de ver que tales políticas son erróneas. Solo se necesita mirar los datos y olvidarse de la teología neoliberal (presentada como conocimiento económico). Cuando tantos trabajadores están sin trabajo y cuando la mayoría de jóvenes están sin trabajo durante muchos años, significan una pérdida, muchas veces irreversible, de recursos productivos. Y esto es lo que está ocurriendo en España. Frente a un sector exportador vivo, existe una economía doméstica paralizada por una enorme falta de demanda, creada por la confluencia de bajada de salarios, destrucción de empleo, y reducción de gasto público. Esta fue la situación en Latino América en el periodo neoliberal y ésta es la situación en los países PIGS ahora (convertido en GIPSI, con la inclusión de Italia).

En realidad, la bajada de salarios está creando una enorme recesión no solo en los países periféricos de la Eurozona sino también en los países del centro. El nivel de demanda de la manufactura (PMI, purchasing manager index) está bajando también en Alemania y en Francia a niveles de Italia, habiendo alcanzado cuotas por debajo de lo que se considera el nivel aceptable y/o sostenible. Y ello era, de nuevo, predecible, pues gran parte de las exportaciones alemanas y francesas son importaciones italianas, españolas, portuguesas y griegas. Y la bajada de salarios y recortes de gasto público están reduciendo dramáticamente el consumo doméstico y exterior.

La respuesta del establishment alemán no es estimular la demanda en Alemania y en los otros países de la Eurozona sino al contrario. Sus políticas públicas están recortando los salarios de los trabajadores alemanas y (presionando a través del Bundesbank y, por lo tanto, del BCE) de los trabajadores de los países periféricos de la Eurozona, conduciendo al precipicio a toda la Eurozona. Se inicia así una competición para ver quién paga menos a sus trabajadores. Estos son los costes de continuar creyendo en el dogma neoliberal. Pero como bien ha dicho la Organzacion Internacion del Trabajo, en su respuesta al informe del BCE, tal estrategia llevará a una depresión no solo europea sino mundial. Lo que está ocurriendo en la Eurozona es un ejemplo de las consecuencias de tales políticas. Su venidera recesión puede llevar a una gran depresión. En realidad, para miles de españoles y de europeos esta depresión ya ha llegado. Estos son los costes de continuar creyendo y aplicando el dogma.

Una última observación. La enorme fuerza e influencia del pensamiento neoliberal en España (resultado del gran poder que tiene la banca y la gran patronal en los fórums mediáticos y políticos) se refuerza con la enorme pasividad de las izquierdas. Y no me estoy refiriendo a los partidos políticos (a los que habría que reformar sustancialmente) y a los sindicatos sino a las personas que se consideran de izquierdas y que con su pasividad están permitiendo que tal pensamiento y las políticas que las sustentan (que están haciendo mucho daño) continúen. De ahí que me permito sugerirle al lector de este artículo que se movilice y que, si está de acuerdo con la tesis que expongo (enormemente minoritaria en España, debido a su marginación en los medios), envíe este artículo a todo tertuliano, a todo periodista, a todo canal informativo que reproduce tal dogma, a fin de mostrarles que lo que dicen y promueven no tiene ninguna base científica, denunciando con ello, su función propagandística en lugar de informativa. Permítame una observación personal. Mi blog recibe alrededor de 10.000 contactos al día. Si suponemos que al menos un 10% coinciden con mis tesis y éstos enviaran cartas o llamaran a los medios cada vez que tal propaganda ocurre, tales medios captarían el mensaje de que la población es consciente de su actitud propagandística, exigiéndoles mayor rigor y diversidad. La enorme pasividad de las personas de izquierda debería sustituirse por una agitación social e intelectual que mostrara las enormes falsedades de la sabiduría convencional que se reproduce a través de los medios de información de mayor difusión, transformándolos en medios de persuasión. Una de las grandes insuficiencias de la democracia española es precisamente la falta de diversidad de tales medios. La ciudadanía debería movilizarse para protestar y denunciar tal situación.


5 Respuestas to “¿Bajar los salarios para salir de la crisis?”


  1. 1 Jose
    19 agosto 2012 a las 6:08 pm

    Buenas Javi,
    Aunque te lea, hasta ahora no me había animado a comentar. Como en este tema tengo un par de opiniones, y para más interés contrarias al post, pues me estreno a lo largo 🙂
    Estoy de acuerdo con la crítica al dogma de que siempre hay que bajar los salarios para crear empleo. Sin embargo creo que el señor Navarro propone el dogma contrario de siempre subir los salarios. De hecho, este es el dogma que dominó en España por décadas, y en parte tiene culpa del aumento del paro. Ojalá el pensamiento político español dejara de moverse a golpe de dogma.
    Digo los puntos en que estoy de acuerdo con el artículo de forma breve, que ya se extiende en ellos el autor. En efecto, la clase empresarial española está convencida de este dogma. El anterior jefe de la patronal mantenía que cuanto más baratos fueran los salarios más trabajo se crearía. La paradoja está en que a los empresarios españoles no les gusta tener sus empresas en paises de bajos salarios como África. El Corte Inglés no vendería tanto en Senegal como en Cataluña. El origen del error está en que la tesis es cierta para una empresa individual. Si esta baja los salarios de sus empleados, y sus clientes (que son los empleados de otras empresas) mantienen los suyos, la empresa estará en condiciones de crear trabajo y lo hará. Pero la lógica no se mantiene si lo hacen todas las empresas.
    Ahora, la negación de un dogma no implica la validez del dogma contrario. Y la idea de que los salarios siempre han de subir, como derecho independiente de la productividad, sí ha sido un dogma. Primero porque ha habido décadas de habituamiento. Después de la dictadura partíamos de unos niveles muy bajitos y la democracia e ingreso en la UE, liberaron una fuerza de convergencia con Europa. Esto se reforzaba con la devaluación de la peseta (4 oficiales con Gonzalez, además del libre curso) que hacía la subida de salarios nominal mucho más que la real, que a veces no era tal, de hecho. La costumbre se transformó en ley con la proteción al despido de los representantes sindicales que negociaban estas subidas con la patronal. Esto provoca que los sindicatos puedan insistir en la constante subida de sueldo sin que un posible efecto negativo de esta les afecte. Desde esta burbuja los sindicatos no necesitan estudiar con detalle la realidad para tomar sus decisiones. Y ciertas complicaciones que presenta esta realidad, como la dualidad del mercado de trabajo y exceso de temporales, tiene para ellos como indespedibles poca relevancia personal. Por esto, cuando la adecuada lucha por subir los salarios se tornó en inadecuada, los sindicatos no sintieron la necesidad de corregir su dogma (que tontería, los dogmas no se corrigen nunca). Las empresas, que no podían escapar de la realidad de ingresos menguantes, tuvieron que responder y reducir sus gastos via despido de temporales, que quisieran o no, era la única que los sindicatos les dejaban.
    Esto un ejemplo de como los dogmas ideológicos, que tanto gustan en España, acaban tarde o temprano convirtiendose en malas políticas en un mundo cambiante. Un ejemplo de porqué creo que el señor Navarro aspira a sustituir un dogma por otro es que el autor apela a las personas de izquierdas en lugar de a las personas razonables. Los argumentos lógicamente coherentes aspiran a seducir a cualquier persona, ya sea de izquierda, derecha o a la ojalá creciente cantidad de ciudadanos con pensamiento independiente.
    Y en algún punto no veo coherentes sus argumentos. Primero el ejemplo de Grecia no es relevante, porque Grecia está en crisis debido a unos políticos corruptos y mentirosos que crearon una deuda impagable. Los salarios altos no son la causa de su crisis y los salarios bajos no son la solución. Segundo, creo leer entre líneas (quizás me equivoco) una condescendencia a la devaluación de la peseta para salir de la crisis. Devaluar la moneda en tu bolsillo es lo mismo de bajarte el salario. Si es aceptable una cosa también lo es la otra. Tercero, señala con acierto la lacra de que personas en paro terminen quedando excluidas del mercado de trabajo, pero no entra a ponderar si merece la pena sacar a estas personas del paro a expensas de salarios bajos. En otros puntos, como dije, sí estoy de acuerdo.
    Por último mi opinión. A estas alturas es obvio que yo defiendo un enfoque no dogmático al problema. Ahora que estoy en China no puedo evitar reconocer que en ocasiones salarios bajos atraen riqueza (estoy sorprendido de ver aquí un nivel de vida general superior al español y ni siquiera estoy en la costa, que en las estadísticas es la zona próspera). Al igual que decadas de convergencia con Europa hacían crecer los salarios, me temo que la globalización llevará a que los salarios chinos y europeos a encontrarse en un punto intermedio en el futuro. Esto no ha de ajustarse sin embargo de forma global en España. Algunos sectores, como ciertas ingenierias, tienen oportunidad de subir salarios para atraer talento. Otros, sin embargo, deberan reducirlos para evitar despedir, que ha ser la absolútamente última opción en un país con 24% de paro. Estas decisiones se deben tomar en negociaciones dentro de la empresa particular. Sus sindicatos, una vez que tienen los instrumentos de control e inspección adecuados sobre la situación de la empresa (como el Betriebsrat alemán) deben ser responsables de los efectos de sus decisiones y estar sujetos al mismo régimen de trabajo que ellos negocian para otros. Por último las bajadas de salarios han de estar unidas a garantía real del mantenimiento del empleo (como en el Kurzarbeit alemán) porque lo que de verdad está deprimiendo el consumo en España no son los salarios bajos, sino la incertidumbre laboral. Alguien con un salario un 10% más bajo tomará la decisión de invertir en un coche un 10% más barato. Alguien que no está seguro si en tres meses lo van a despedir, por precaución no se compra ningún coche, aunque pueda.
    Un abrazo.
    Jose

    • 2 wewe0
      20 agosto 2012 a las 12:29 am

      Hola, Jose:

      Considero un honor que me leas y que te hayas decidido a escribir. Sin embargo me sorprende lo que escribes.

      Quiero traer aquí a un autor que me interesa mucho, Stephen R Covey, quien en el primer capítulo de su libro «los 7 hábitos de las personas altamente efectivas» comenta que un factor de primera importancia que hace que las personas no suelan ser eficaces a la hora de alcanzar sus objetivos suele ser esa tendencia que tenemos a leer lo que queremos leer (o escuchar lo que creemos que nos van a decir). Es un error que yo mismo cometo muy a menudo, pero que desde que soy consciente de él, trato de eliminar. Se trata de lo que en ciertas áreas de las neurociencias denominan «filtros», que vienen a ser ideas preconcebidas alcladas muy profundamente en nuestra mente y que nos sirven para interpretar la realidad. El problema de ellas es que nos dan una imagen deformada de ella, porque no sólo filtran (eliminan parte de) la información, sino que suelen añadir valoraciones e incluso partes de información que originalmente no estaban antes en la percepción original.

      ¿Por qué digo todo esto? Porque, como comentaba, me sorprende que achaques al profesor Navarro defender el dogma de la subida salarial en el artículo. Por una doble razón: porque en primer lugar (y he releído el artículo para cercionarme de ello), en ningún momento el profesor Navarro dice en este artículo que la salida a la crisis está en aumentar los salarios. Repito: no lo dice en ningún momento. Y en segundo lugar, porque, a fuerza de no haberlo siquiera mencionado, cuesta entonces ver en ello un dogma. Por ello me pregunto ¿no te habrán jugado los filtros mentales una mala pasada, y has creído leer lo que el profesor Navarro no ha dicho?

      Los que hemos leído su libro (escrito junto al también catedrático Juan Torres López y a Alberto Garzón) «Hay alternativas» (puedes descargarlo de aquí: https://wewe0.wordpress.com/2011/11/14/hay-alternativas/) vemos sin embargo que lo que se propone no es exactamente subir los salarios, sino una batería de medidas entre en las que en el propio artículo ya se apuntan explícitamente dos: fomentar la demanda doméstica (el consumo interno, especialmente en Alemania) y repercutir competitividad de una empresa no en la reducción de los costes laborales, sino en la del beneficio empresarial. Respecto al primer punto (como hoy mismo ha aparecido en esta noticia de El País: http://economia.elpais.com/economia/2012/08/18/actualidad/1345309998_207583.html), incluso dos instituciones claramente alineadas con los postulados neoliberales y tan poco Keynesianistas como el G20 y el FMI ya han llamado en más de una ocasión la atención al Gobierno Alemán del peligro que supone, para la estabilidad del conjunto de la Eurozona, y por ende para la de la economía global, la baja tasa de consumo alemana y la desproporcionada escora exportadora de su balanza comercial (que llega al 6% de su PIB). El mismo Paul Krugman suele escribir a menudo sobre ello. El segundo punto (el de reducir los beneficios empresariales, al menos de manera proporcional a la de los salarios de los trabajadores para hacer más baratas las exportaciones) es un tema ampliamente tratado en el libro citado.

      He de decir además que hay que distinguir lo que en Economía es un dogma de lo que no lo es. La ideología neoliberal es un conjunto de dogmas, no porque no me guste lo que dice, sino porque no hay evidencias científicas objetivas de que lo que propone sea consistente con los resultados que pretende alcanzar mediante esas medidas. Repito: no hay evidencias de ello. Las cifras estadísticas sobre las que tradicionalmente se han sustentado esas creencias saltaron por los aires cuando los modelos que se tomaban como paradigmas de esas políticas se convirtieron en los máximos exponentes de sus errores: Islandia, Irlanda, España y otros. No es un dogma sin embargo, aquello que se basa en cifras fiables, consistentes con diversos entornos y circunstancias y que muestran como ciertas políticas, con independencia de las situaciones de crisis, consiguen llevar a buen puerto a las economías de los países que las implementan. Paradigmáticos de estos casos son los países nórdicos (muy en particular Noruega y Suecia) que no sólo han mantenido la estabilidad de sus economías incluso en épocas de crisis, sino que además en las circunstancias actuales se consolidan como economías de refugio donde los inversores prefieren invertir aun cuando ello suponga tener intereses negativos (es decir, que los inversores literalmente pagan por invertir en esas economías), y donde además el estado del bienestar, siendo los más desarrollados del mundo, no ha sido tocado ni en una coma. Y vuelvo a decir que las cifras hablan por sí solas para demostrar que ciertas políticas son a la larga mucho más beneficiosas que otras. De nuevo me remito a la obra citada donde se exponen datos y se citan los estudios y las publicaciones en los que se apoyan.

      Por último, aunque no tengo ahora mucho tiempo, no quiero despedirme sin hacer cierta reflexión: evidentemente es lo mismo devaluar la moneda un 10% que reducir los salarios un 10%. Es lo mismo pero no es igual. Porque es también lo mismo acercarte a la orilla del mar para refrescarte los pies que quedarte en la arena seca esperando a que suba la marea. Es lo mismo (obtenemos el mismo resultado) pero no es igual (se precisa de un innecesario y alargado sufrimiento con tal de no hacer algo). Con el tema de la llamada «devaluación interna» pasa lo mismo (como ya también el profesor Krugman ha dicho muchas veces). No es lo mismo devaluar la moneda y obtener, por efecto legal, la situación deseada de forma casi inmediata y homogenea para todos los sectores sociales implicados, que establecer una estrategia con los agentes sociales, en la que nadie tienen el control y en la que nadie asume responsabilidades. Ya Krugman dijo no hace mucho (ahora echo de menos no tener más tiempo para buscar tranquilamente la cita, pero intentaré encontrarla durante la semana) que nunca una devaluación interna ha tenido éxito. Entre otras cosas (añado yo) porque si lo que se pretende realmente es controlar los precios, lo coherente es que el Gobierno pacte con los empresarios una bajada generalizada de los mismos, y no del nivel salarial. En el fondo (y este es un tema que aun no he visto tratado por ningún estudio serio) estamos ahora pagando ese sacarse las navajas los unos a los otros que significó el 1 de enero del 2002, cuando los precios, de golpe, subieron un 66%, y nos quedamos todos tan anchos. No se hizo nada entonces para controlarlo (por aquello de la libertad de mercado) y todo lo que se está haciendo ahora viene, en parte, de aquella falta de responsabilidad. Pero bueno, como digo, eso da para otro estudio en profundidad.

      Aunque me he centrado en las críticas a tus críticas, en cualquier caso, fuera de lo mencionado, coincido con lo que has dicho (o sea, en la mayoría). Has dicho varias cosas que me hacen pensar y en las que probablemente estoy plenamente de acuerdo. Pero bueno, un blog se escribe para intercambiar ideas y discutir tranquilamente, y modelar los puntos de vista. En lo que coincidimos, nada que modelar ni discutir.

      Salúdame a los chinos, y no te olvides de lo que te dije por teléfono de los souvenirs. Un abrazo, y hasta pronto.

      • 3 Jose
        22 agosto 2012 a las 8:05 pm

        Hola Javi,
        No te preocupes si no tienes tiempo de elaborar tu respuesta. Yo desde luego tampoco voy sobrado de tiempo.

        Es cierto ese efecto que nos pasa a todos de interpretar la realidad a nuestra manera. También soy consciente de que me pasa. Para evitarlo intento ser científico en mis razonamientos y reducirlos a lo más trivial posible, para acabar viendo lo que realmente son hechos objetivos.

        Sí sé que el autor no propone explícitamente el retorno al dogma de subir los salarios siempre. Por eso en mi respuesta siempre usé «creo» u otras fórmulas parecidas cuando decía que lo creía posible. Y también justifiqué porqué me parece una creencia razonable. Primero, ese dogma existía y la izquierda sindical se guiaba por él en la forma que describo. Segundo, el contexto es España, y estoy acostumbrado a ver como en el diálogo político de mi país se refuta un dogma usando el dogma contrario. Tercero, el autor se posiciona en esta dualidad nombrandose de izquierdas y apela explícitamente a la gente de izquierdas en vez de defender sus argumentos como ciertos per se y apelar a cualquiera con uso de razón. Añado ahora que en el pensamiento de izquierda, al que el autor se sube, existen conceptos como el determinismo económico y la descripción marxista de la historia como fases del progreso de la clase obrera. Estas ideas están ya cerca del dogma (aunque no lo son), y mucha gente las adoptan como dogma. Por esto sigo viendo razonable creer que el autor proponga esto, pero es cierto, el señor Navarro puede decir que no piensa que los salarios deban subir y no contradice el texto en sentido escrito. Me dio pie esto obviamente a hacer una critica a dicho dogma, y no tanto al texto al que veo cierto mérito, salvando las incongruencias que señalo en un párrafo aparte.

        Siguiendo con tu respuesta, no estoy de acuerdo con tu forma de definir un dogma. En mi opinión un dogma no se define por ser bueno o malo, cierto o falso, fundado o infundado. Un dogma es una idea que se acepta por cierta sin tener una demostración estricta. Como cuando se establece un nuevo postulado. Esta idea puede tener una base muy fuerte para creerse cierta, o ser abiertamente arbitraria (como en el cine dogma). Quien la toma como cierta lo puede hacer por conveniencia, por la dificultad de hallar la demostración estricta o, las más de las veces, por flojera mental.

        En este sentido no veo diferencia entre las tesis neoliberales y las que tú expones. No hace falta que apiles millones de datos bien probados sobre el éxito de los países nórdicos. La repetición de un hecho no es una demostración. En los complejos procesos económicos es muy difícil encontrar una demostración clara tipo si A entonces B. Aunque ha pasado que estas economías les va bien después de aplicar políticas sociales, no está demostrado que les haya ido bien por aplicar políticas sociales. El problema es que hay mil factores, como el petróleo del mar del norte, las multinacionales (Ikea, Nokia, Ericsson, Nortel…), la cultura de sus gentes, los siglos de democracia, las tias buenas… Apreciar que estas políticas han tenido un efecto positivo en estos paises es inteligente. Creer incondicionalmente que estas políticas pueden ser copiadas idénticamente en todos los paises, cultura o estados de desarrollo económico y asegurar que tendrán el mismo efecto es un pensamiento dogmático. De la misma forma entender que las propuestas de Keynes sacaron a EEUU de la recesión es inteligente. Pero cuando el gobierno copió estas políticas como si lo mismo fuera EEUU años 30 que España 2009, fue dogmático, no funcionó y nos dejó con 20% de paro y 10% de incremento de deuda. En mi opinión la motivación aquí fué flojera mental.

        Los economistas liberales son gente inteligente, y estoy seguro de que son capaces de presentar sus datos de una manera científica y extremadamente convincente. Cuando señalan que estas políticas sacaron del bache a Reagan y Thatcher hacen argumentos legítimos, sensatos y con unos datos perfectamente válidos. Creo que estos economistas no son dogmáticos, sino que señalan verdades concretas. Pero si el rebaño necesitado de dogmas que los sigue, liderado por el partido republicano, gana en EEUU este año, solo espero una equivocación detras de otra.

        Terminando con tu comentario sobre la devaluación de la moneda, no creo que esto sea beneficioso. Por qué devaluarle el dinero a todo el mundo? La igualdad es buena cuando se aplica hacia arriba, no cuando se aplica hacia abajo. Si se aplica esta tabla rasa (dogmática) a un pais de millones de personas no sabes qué consecuencias desatas. A las empresas exportadoras las beneficiarás, pero a las importadoras las perjudicarás. A su vez, no se sabe hasta donde se extiende el valor de estas empresas importadoras, qué servicios secundarios generan, etc… Quizás resulte que generan más puestos de trabajo que las empresas exportadoras, no sé. Ten en cuenta que yo estoy en contra de que todas las empresas bajen el sueldo a los empleados. Yo propongo que los ajustes de sueldo se hagan en negociaciones dentro de la empresa concreta y no desde Madrid entre unos sindicatos y patronal que viven en su mundo irreal. Esto una vez que los sindicatos de empresa tienen unos mecanismos de supervisión adecuados de las cuentas de la empresa que les ponga al mismo nivel de negociación que su empresario. De esta forma el sindicato de una empresa con pérdidas entenderá que deben hacer sacrificios para mantener puestos de trabajo, mientras que el sindicato que vea beneficios en su empresa deberá demandar subidas de sueldo. Sin ataques de fe y sin creer que es cierta una cosa o la contraria, sino dando libertad y los medios a la gente y empresas para que decidan lo que es mejor para ellas en su situación concreta. De hecho el mayor beneficio que le veo al euro es prohibir al gobierno que nos devalue la moneda, puesto que esto no es más que un impuesto escondido. El gobierno puede malgastar el dinero de los ciudadanos y para pagar la deuda devalua el monto de esta, restando riqueza a sus ciudadanos. Matemáticamente es igual que subir los impuestos, pero es más difícil para el ciudadano apreciar esto. Al no tener ahora esta escapada contable, los ciudadanos comprenden mejor qué hace el gobierno. De hecho, nunca en la historia de España se ha hablado tanto la gente de la deuda y lo que significa que el gobierno malgaste su dinero como ahora. Aunque esto aún no se note, sí creo que es una mejora.

        En fin, China es muy bonito, pero no siempre es fácil conectarse a páginas de blogs, ni qué decir de facebook, twitter y demás. No esperés respuestas rápidas.

        Un abrazo

  2. 4 jerik
    12 septiembre 2012 a las 11:23 am

    Buenas

    Me he leído el articulo, me ha parecido interesante, aunque hay cosas que dice, y sobre todo (no dice) con las que no estoy de acuerdo.

    Es cierto, que se suele decir que bajar salarios, crea mas empleo, por parte de ciertos economistas(, ahora bien, eso lo dicen en condiciones «ceteris paribus») osea, «siendo las demás cosas iguales», hay sobre todo esa omisión me parece bastante parcial e incluso de mal de gusto.

    Aunque para ser mas justo con esos economistas, lo que dicen, es que si suben lo salarios(artificialmente mediante leyes), los empresarios suelen sustituir el trabajo por capital, lo que se llame efecto Ricardo. Osea que no dicen que bajar salarios crean empleo, sino que subirlo de manera artificial crea desempleo.

    Me parece bien luchar contra dogmas, o en su caso teoría económica, pero «coger lo que nos interesa» y desechar el resto. No se , yo si lo hace por despiste o tal vez intencionadamente…Aun entiendan que yo lo considere un fallo.

    Se olvida navarro, de que mas que alguien haya bajado los salarios por imperativo gubernamental han sido, ha sido el mercado el que lo ha bajado, debido a la disminución de empresarios que demandan trabajo(osea una consecuencia). De hecho hay un momento donde dice que también podemos aumentar la competitividad deduciendo el margen de beneficio del empresario (cosa ilógica, ya que yo subiera el impuestos de beneficios a las empresas, estas no contratarían a mas personas), lo que se olvida Navarro, es que desde que empezó la crisis , el cierre de pymes ha sido enorme, y que poca gente se arriesgaría a montar una pyme (las que dan el trabajo, en este país) sabiendo los riesgos que hay , para los que les sale mal la jugada, si esa gente no obtuviera beneficios, desde luego no les gustaría invertir. yo al menos personalmente no invertiría mi dinero si no viene que obtuviera beneficio

    Ahora bien, sabemos que la bajada de salarios se debe a un aumento del paro y esta es consecuencia de a consecuencia de cierre de pymes, y que hace que cierren las pymes, o no se abran tantas como antes. Según Alberto Garzón(colega ideológico de Navarro) el programa 59 segundos, se debe a la falta de crédito.

    Y a que se debe a la falta de crédito

    Cierre del crédito internacional : Debido a la crisis financiera.

    Falta de ahorro de los españoles: Debido a las políticas que han animado al consumo a los españoles.(impuestos al consumo mas bajo que los impuestos al ahorros y desgravaciones por comprar).

    Entidades Financieras quebradas: sobre todo cajas de ahorros (banca publica según la comisión Europea) que representaba el 60% del crédito en España. (como curiosidad Ag y VN defienden la banca publica, y de hecho AG ha estado en contra de la desaparición de las cajas de ahorros en el congreso) debido sobre todo a la explosión de la burbuja inmobiliaria que ellas mismas crearon con la burbuja de crédito.

    Efecto «expulsión» : desde 2007, ha aumentado la deuda y el déficit estatal, de hecho aun con las políticas de «austeridad» hay una desfase de 90.000 millones (en mi pueblo se llama austeridad gastar menos de lo que ingresos no gastarse mas) un ejemplo lo tenemos, es que entre 2007 y 2009 aumento el gasto publico casi un 20%, mientras los ingresos se reducían un 10% obviamente eso gasto había que financiarlo, y pidieron crédito a las entidades financieras, como sabemos, hay una preferencia por las entidades financieras a que en igualdad de condiciones, dar crédito al estado ya que es «mas seguro» que dárselo a «pepe el que se quiere abrir una tienda de barrio» porque el estado es mas fiable que devuelva el crédito, en este caso , la inversión publica, «expulso» a la inversión privada, del mercado de crédito, al ser expulsadas las pymes del mercado de crédito, estas cierran o no se abren mas. (también como curiosidad decir que VN y AG están a favor del déficit y del aumento de deuda publica)

    Asi pues, repasando un poco las consecuencias y las causas… llegamos a la conclusión son justamente las políticas económicas que ha propuesto VN… las que han creado salarios bajos…

    Un saludo.

  3. 5 wewe0
    28 octubre 2012 a las 3:03 pm

    Llevo semanas rumiando la respuesta a ambos dos. Entre otras cosas, aparte de ciertas cuestiones privadas, ha faltado el tiempo, y también las ganas de sentarme a escribir sobre el asunto. Lo digo porque cada uno de mis respuestas me suele llevar como media dos horas y media, y, como habréis visto si seguís mi blog, he escrito también sobre un par de temas que me han resultado más interesantes.

    Pero la razón principal de haber postergado mi respuesta es que la sola idea de pensar en toooodo lo que quiero escribir para hacer mi opinión clara ante vuestras preguntas ya me desanima. Al fin y al cabo esto lo hago por ocio, y últimamente tengo poco libre.

    Hoy he encontrado una cita de Krugman que probablemente resume buena parte de mi argumentación, así que ahí va:

    Miren: la economía no es una ciencia hasta el punto en que nos gustaría que fuera. Pero cuando hay pruebas abrumadoras para una premisa económica —como las hay para la premisa de que las recesiones causadas por crisis financiera son diferentes— tenemos el derecho a esperar que los políticos y sus asesores respeten esas pruebas. De otro modo, terminarán haciendo políticas basadas en fantasías en vez de enfrentarse a la realidad.


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